Unipersonal del experimentado actor en el Teatro Helénico

La normalidad es un camino pavimentado: es cómodo para caminar, pero no crecen flores en él. Vincent Van Gogh
Mario Iván-Van Gogh. Amo y señor del escenario, el actor y productor Mario Iván Martínez no sólo se convierte en un Vincent Van Gogh de voz ronca, sino en el círculo cercano con el que convivió el melancólico e intenso pintor de los girasoles que aparecen en el título de este excelente montaje: Van Gogh. Un girasol contra el mundo, monólogo en el que el experimentado actor es Theo, su hermano; Paul Gaugin, el pintor francés; Sien Hoornik, una de las mujeres de las que se enamoró y con la que convivió; y el doctor Gachet, quien lo asistió y acompañó en su último encierro en un hospital psiquiátrico de St. Rémy, además de un subastador de Christies. Todos ellos, desde un solo cuerpo.
Combinando el contenido de Cartas a Theo, correspondenciaque el artista y su hermano sostuvieron durante 15 años, cuya publicación en sí da pie para otra historia sobre Johana Bonger, cuñada de Vincent, y la voz del pintor a través de Martínez, quien viajó a Europa e hizo sus propias indagaciones, es posible recorrer las distintas etapas en la vida de Vincent Van Gogh.
Sobre una pantalla detrás del personaje se nos van mostrando algunas de las 900 obras que el atormentado pelirrojo creó, y otras de los impresionistas franceses. La proyección de las imágenes es moderada, no aparecen todo el tiempo, se conjugan con el momento en escena en la vida del artista. También se muestran fotos, y se alternan estas imágenes con música. Todo en equilibrio.
Así, Vincent habla con Clasina Maria Sien Hoornik, costurera y prostituta con la que vivió, a quien Mario Iván da presencia con una inflexión de voz y moviendo su brazo en el espacio que ella ocuparía si la estuviera acariciando.Escuchamos a Sien Hoornik reclamarle que no vende ningún cuadro, que todo el dinero que le brinda su hermano Theo se lo gaste para crear sus pinturas y vemos a través de una misma persona, el desmoronamiento de su relación.
Mario Iván resuelve el altercado vivido entre Paul Gauguin y Vincent magistralmente. Es en esa parte de la obra, que en la vida real duró dos meses de convivencia, en la que el famoso pintor se corta la oreja en Arlés, Francia.
¿Quién en su sano juicio se corta la oreja izquierda tras una discusión y luego va y se la ofrece a una mujer que trabaja en un burdel (Gabrielle Berlatier)? Esa duda sigue siendo motivo de debate, de estudios e investigaciones tanto como el supuesto suicidio de quien llevó a cabo semejante acto, que como varios episodios en la vida de Van Gogh han llamado tanto la atención, a veces más que sus obras.

Es probable que Vincent fuera una persona atosigante, y todo lo que se dice de él ha ido cambiando con el tiempo, así es la historia. Vamos llenando sus huecos y transformando sucesos según las visiones y tendencias de cada época.
Mario Iván prestó su voz al documental Vincent, pinceladas de un genio, de Peter Knapp y Francois Bertrand, producido por el Museo de Orsay, el Museo Van Gogh y el Centro Cultural Tijuana. Después de tres años, el actor mexicano tuvo un proceso de creación literaria generando un nuevo texto dramático que es el que hoy vemos en escena.
Van Gogh.Un girasol contra el mundo regresó al Teatro Helénico, luego de haberse presentado antes del difícil periodo de pandemia que afectó la asistencia a los teatros. En aquel entonces con más de un actor en escena (con Paula Comadurán y Fernando Memije). Eso, según expresó el propio Mario Iván Martínez el pasado 27 de enero, lo llevó a modificar la obra para evitar el contagio y realizar las funciones en línea, que gracias a su plasticidad actoral evolucionó a una obra unipersonal, bajo la dirección de Luly Rede (La noche de los asesinos de José Triana; Tango de Slawomir Mrozek; Escorial de Michel de Ghelderode). Se presentará del 20 de enero al 7 de abril en el Teatro Helénico, los lunes a las 20:00 horas.

¿50 dólares por un Van Gogh?
Nueva York (EFE).- Un grupo de expertos sugirió en un informe que un cuadro adquirido por 50 dólares en una ‘venta de garaje’ en Minnesota (Estados Unidos) es un Van Gogh, cuyo valor de mercado, de confirmarse la autoría, podría alcanzar los 15 millones de dólares, según el medio especializado Artnews.com.
El cuadro, titulado Elimar, un retrato de un pescador fumando una pipa, podrían haberlo pintado en 1889, en un momento en que Van Gogh se encontraba internado en el sanatorio psiquiátrico de Saint-Rémy-de-Provence y en el que produjo obras tan notables como Noche estrellada o Almendros en flor.

El nombre de Elimar se eligió para el cuadro por aparecer escrito en una esquina de este óleo de 46 x 40 centímetros. Artnews.com no precisa cuándo se produjo la venta y da a entender que un anticuario aficionado con buen olfato para las gangas lo compró y luego puso el cuadro en venta por una cantidad tampoco precisada a la compañía LMI Group, radicada en Nueva York y especializada precisamente en establecer la autoría de obras de arte en caso de dudas.