«Urge otro tipo de relación entre autoridades y artistas»: Sergio Villegas

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Hacia Los Premios Metro

Villegas, productor y creador de los Premios Metropolitanos de Teatro.

Sin duda México es puntero de lanza con sus realizadores escénicos en el Mundo. Llevan dos décadas ganando premios en cuadrienales y bienales de todo el mundo en donde se alzan con medallas de oro, plata y bronce por sus diseños de escenografía, iluminación, vestuario y arquitectura teatral. Uno de estos realizadores que en 2011 fue el curador y diseñador de la participación mexicana en la Cuadrienal de Praga, República Checa, es Sergio Villegas. Estudió en Ithaca College (Nueva York/Londres) producción teatral y en la Universidad de Yale diseño escénico. Lleva casi un centenar de producciones e instituyó desde 2018 los Premios Metropolitanos de Teatro para avivar el encuentro entre los creadores mexicanos, primordialmente de la CDMX. 

Jaime Chabaud: Sergio Villegas, eres queretano ilustre y has realizado diseños de 80 producciones, 70 producciones, escenografía e iluminación para más de…pues qué, ya van más de  

Sergio Villegas: Ya perdí la cuenta Jaime, ya no las cuento, ya no las cuento. 

Jaime Chabaud: Entre ellas Zoot Suit, por ejemplo, esa obra emblemática de Luis Valdés de teatro chicano, también Mentiras, el musical; Godspell, Hoy no me puedo levantar; Madre coraje, Billy Elliot… También las fiestas del Bicentenario en el Zócalo capitalino fuiste el encargado de dirigir diseñar el árbol de la vida. Fuiste parte así mismo de organizar la delegación mexicana para la Bienal de Praga del 2011. Esos son toritos medio densos, ¿no?

Sergio Villegas: Son bien complicados porque es organizar a parte de nuestra comunidad teatral para representar a México en unas “Olimpiadas del Teatro” que se hacen cada 4 años. Es un evento muy bonito y hemos sido muy exitosos ahí, y es gracias al tesón y a la insistencia de los escenógrafos y escenógrafas mexicanos que seguimos dando lata, porque la verdad es que no se organiza desde el estado sino de un interés ciudadano por participar en este encuentro. El resto de los países sí participan a través de sus instituciones gubernamentales, pero México no ha demostrado ese interés y nos toca gestionarlo a los propios artistas.   

Jaime Chabaud: Pero ustedes no se dejan vencer por ese desinterés, van pa ´lante…

Sergio Villegas: Sí, sí y obviamente los apoyos que hemos encontrado han sido porque los hemos buscado pero no es que haya realmente dentro de las estructuras de gobierno un interés… Imagínate que en las Olimpiadas que acaban de pasar en Francia, que no hubiera un comité olímpico mexicano… Y aún así oyes historias de atletas que consiguen ahí unos boletos del gobierno estatal y patrocinios privados pero México se desentiende oficialmente. Eso es más o menos lo que sucede en eventos como el de Praga, para bien y para mal, porque también le da a los artistas mexicanos libertad para determinar la participación del país sin estar con ataduras políticas, imposiciones y cosas raras…

Jaime Chabaud: Yo recuerdo que hace 40 años los grupos que iban a representar a México a cualquier evento internacional de artes escénicas, era a dedo, generalmente grupos subvencionados por la institución y no teníamos precisamente un buen papel y una buena reputación internacional. Eso cambió mucho y bueno, parece que regresaremos a eso porque ahora el gobierno mexicano sólo da boletos de avión de a dedo. Ustedes, los realizadores escénicos, van por sus medios al World Stage Desing (Toronto, Taiwan, Londres, Seúl) y se ganan todas las medallas. ¿Los realizadores escénicos mexicanos están a la vanguardia del mundo?

Sergio Villegas: Pues mira, no sé… Esto de las vanguardias es muy relativo… Siento más bien que el compromiso de los artistas es servir al público que habita su país, comunicarse con las audiencias y estar a su servicio. En ese sentido creo que el valor el diseño escénico mexicano es que hemos sabido explicar cómo estos diseños y estos esfuerzos, le sirven a nuestro público porque cada país tiene políticas distintas. Hay veces que nos comparan y nos dicen estas al nivel de no sé qué cosa. Y yo digo, nivel de qué, si los niveles son relativos, y ya andan comparándonos con Broadway, y no, no somos Broadway, güey. Porque allá hacen las cosas diferentes con otros esquemas de presupuesto y realización. Aquí las condiciones son distintas. Entonces creo que la realización del diseño  escénico mexicano (estoy englobando escenografía, vestuario, iluminación, sonido, etc.) ha ocupado un espacio propio en el quehacer teatral y dancístico nacional que le es interesante al espectador mexicano y que nos da mucho orgullo exhibirlo en competencias internacionales. Además lo exhibimos muy bien, o sea que le echamos muchas ganas, y yo creo que ahí radica el éxito que ha tenido México, esa es mi explicación.   

Jaime Chabaud: ¿Cómo le tomas el pulso al teatro mexicano tú que ves muchas cosas fuera del país?

Sergio Villegas: La pandemia me frenó la viajadera. Pero sí, fíjate que he retomado los viajes hace como un año. Tengo un amigo español que se volvió millonario porque diseño un videojuego y me invita a viajar y gracias a él lo he visto mucho teatro fuera. Pero la pandemia ha sido súper dura para las artes escénicas que se han visto desproporcionadamente afectadas y realmente no ha habido por parte de los gobiernos estatales y federales gobernanza para poder restaurar un poco lo que ha sufrido el teatro y la danza…

Jaime Chabaud: Tanto las políticas de este sexenio como la pandemia dañaron gravemente el ecosistema cultural, no sólo la economía de las artes escénicas…

Sergio Villegas:  Sí, los talleres de escenografía ya no existen, las costureras ya no están trabajando, los utileros ya manejan ubers, entonces como que todo eso se desbarató…

Jaime Chabaud: Y se cerraron foros independientes, bueno: librerías, editoriales, galerías… Hay un daño al ecosistema cultural en general, y al escénico en particular, ¿muy muy severo, no? ¿Qué faltaría como gobierno? 

Sergio Villegas: Híjole, como tú dices es un problema de ecosistema, son una serie de eslabones interconectados. Es difícil poner el dedo sobre la llaga, pero yo sí creo, que sería fundamental para poder resolver nosotros problemas, es que fondeemos nuestras instituciones culturales y educativas. En México recaudamos muy poquitos impuestos con todo y los esfuerzos que ha habido en los últimos seis años para cobrarle impuestos, la poquita tasa que pagan las grandes empresas y que luego ni pagan, y los poquitos que pagan. La gente no ha caído en cuenta de que en México tenemos mala infraestructura, tenemos malos servicios y tenemos instituciones precarizadas porque no recabamos impuestos. Entonces nuestra Secretaría de Cultura no tiene tracción presupuestal, por eso su fortaleza es narrativa, simbólica y no tiene realmente músculo para poder decir oigan hagamos institutos, hagamos oficinas y hagamos programas para poder ordenar e incentivar todas estas comunidades artísticas para que sean funcionales y para que podamos empezar a resolver nuestros problemas también desde la sociedad civil. No todo va a venir del Estado pero en el arte sí debe tener una presencia preponderante y una gobernanza y rectoría significativa dentro de la producción del arte y pues eso nunca lo hemos podido lograr porque siempre andamos pobreteando. No ha habido una reforma fiscal para cobrar a los ricos lo que realmente deberían de pagar, el porcentaje de sus ingresos y de sus fortunas que deberían tributar. En otros países pagan más los ricos. Por eso siempre andamos tan pobres aquí y tan rezagados.

Jaime Chabaud: ¿Deja dinero el teatro? Digo, para ir derribando mitos.

Sergio Villegas: Yo no me he topado realmente con ejemplos en donde el teatro pueda convertirse en una fuente significativa de riqueza. He trabajado con productores prósperos: Alejandro Gou, Morris Gilbert, etc. Sin embargo, cuando he podido analizar un poquito sus esquemas de negocios, el dinero está en otros lados: en la renta de los teatros, el patrocinio.

Jaime Chabaud: La publicidad que ponen en sus lobbys, los logos…

Sergio Villegas: Exacto, son otras cosas. Realmente el negocio radica en, justamente, engranar con otras partes del mercado de otras cosas y no necesariamente del teatro. Entonces me atrevería a decir que el teatro no es negocio en ningún lado. Que hay personas que pueden montar Vaselina y llamarle a los Timbiriches, bueno eso es otra cosa. Pero ahí hay otros esquemas de negocios que no pueden replicarse montando Madre coraje en el Teatro Helénico. Sencillamente no se puede. Podemos afirmar claramente que el teatro no es un oficio que deje dinero. Sí me atrevería a decir que hace diez años, era un poco más rentable o un poco más generoso a la hora de contar los pesitos. A la gente que se dedicaba al teatro nos iba mejor, podíamos tener un nivel de bienestar mayor.

Jaime Chabaud: Pero se ha prevaricado, se ha pauperizado… Me parece que era Denise Anzures me contaba que, en una temporada exitosísima de Casa Calabaza, justamente en el mismo teatro oficial que pertenece a la Secretaría de Cultura federal, el Helénico, a la hora de liquidar la taquilla, lo que cada actor sacaba después de 20 funciones era miserable, a pesar de ser una obra con teatro lleno. 

Sergio Villegas: Ahí lo perverso, que es interesante recalcar, es que en esos esquemas donde una obra como Casa Calabaza con la que ejemplificases que cuando vas y te entregan un programa de mano o ves un póster, la ficha dice arriba: “la Secretaría a de Cultura federal presenta, dos puntos: Casa calabaza” Na, na, nada… Y de repente te enteras que  realmente no se les está pagando la función a estas personas, que están yendo a taquilla, o sea que se está recopilando el dinero de la taquilla pero que si embargo es el teatro -institución- quien determina el costo de la entrada. Por lo tanto esos precios tienen un techo y se acude a un esquema bastante injusto de remuneración. El costo de esa función, de haber ensayado esa  obra,  etc., es mucho mayor. La subvención del acceso a la cultura del pueblo, de la gente, no está recayendo en el Estado. Corre por cuenta de los artistas. Es parcial, obviamente, porque la gestión del teatro dirá, “oye yo estoy pagando luz, pagando a los técnicos”, y tienen razón. Pero por qué el eslabón más débil que son los artistas tienen que pagar el pato… Si la taquilla no esta rindiendo las utilidades suficientes para que puedas pagar  lo que cuesta a los actores y demás, esa producción tiene un modelo económico que no está funcionando. Y es ahí donde la Secretaría de Cultura no tiene la tracción presupuestal suficiente para poder enmendar ese ecosistema y para seguir ofreciéndole a la gente boletos de 150 pesos. Algo tiene que cambiar para que los artistas no estén precarizados. Ahí es donde nos falta dinero para que las instituciones no usen a los artistas.

Jaime Chabaud: ¿Qué pasa con este fenómeno traducido a los espacios escénicos independientes?   

Sergio Villegas: Híjole, no soy dueño de un espacio escénico independiente, pero es de terror. Lo que sucede con los teatros independientes es que si no tienes un apoyo gubernamental, que normalmente es el caso, necesitarías vender un boleto carísimo para poder realmente pagar lo que cuesta hacer una obra de teatro y entonces se convierte en un mercado muy distorsionado porque los costos de los boletos de los espacios públicos son muy pequeños y los de los espacios independientes deben ser más altos para poder pagar nóminas, renta, luz, mantenimiento, etc.

Jaime Chabaud: Y…, ¿tú sí has estado en teatros privados?   

Sergio Villegas:  Si en teatros privados… Hablando de teatros privados… A ver, cualquier teatro que no tenga subvención gubernamental es un teatro independiente. Normalmente entendemos como espacio independiente o los hemos bautizado así, a foros pequeñitos que existen en los barrios de la Ciudad de México. Pero hablando de los teatros grandotes, tipo Teatro Insurgentes y Teatro Telcel, ahí los productores deben encontrar un esquema de negocios montando obras que puedan tener un efecto de mercado en el que la gente pague un boleto caro para ver a alguna estrella o ver alguna obra de teatro que tenga mucha visibilidad y mucha cartelera. Obviamente esos espacios exigen productos que tengan una viabilidad comercial bastante alta, para que realmente pueda funcionar y  ser negocio. Y aun así Jaime, es súper precario. Yo he visto durante los últimos años, batallar muchísimo a los productores. Tampoco se ha recuperado esa industria desde la pandemia, y los productores que sí pueden alegar que han encontrado ciertas utilidades, es porque están haciendo cosas que… Yo no sé si llamaría a eso teatro: hacen cosas con youtubers, conciertos, rentan el foro para que se grabe la serie de Alejandra Guzmán… 

Jaime Chabaud: Hay muchos teatros en manos de las instituciones subutilizados o que cobran unas rentas imposibles de pagar…

Sergio Villegas:  Bueno, podríamos desherbar esto. ¿Estamos de acuerdo de que para encaminar esto y solucionar estos problemas y para tener un ecosistema más funcional, más justo, el Estado tiene que tener cierta rectoría y fortaleza presupuestal? Bueno, es que si no vamos a seguir en este sistema injusto y abusivo. No se puede incentivar lo que quiere que es que se garantice que la gente pueda asistir al teatro sin que el gobierno sea quien lleve el peso de la subvención y no el artista. Los problemas son múltiples, las soluciones difíciles pero posibles. Lo que hay que hacer es que nuestras Secretarías e instituciones de cultura estatales, tengan un buen presupuesto y yo creo que por eso hay que luchar.

Jaime Chabaud: Los espacios estatales se sobreprograman, los éxitos de público se bajan pronto por la cola de grupos artísticos, se produce mucho pero no se deja prosperar en términos de impacto con la sociedad, hay también teatros como los del IMSS en eterna agonía y cerrados…

Sergio Villegas: Claro. Y si el IMSS no estuviera en la Crisis presupuestal en la que está o si las instituciones culturales tuvieran más fortaleza presupuestaria para poder hacerse cargo de esos teatros, habría voluntad para darles un mejor futuro. Yo sé que hubo o existe una oficina o fideicomiso encargado de esos teatros pero realmente no tenían presupuesto para programar, se dedicaban a más o menos rentarlos. En fin, se han aplicado a esos espacios soluciones equivocadas. Se podría volver una red muy interesante de cara al nuevo sexenio para que los estados produjeran teatro y pudieran mirar hacia otros estados porque los teatros son muy similares. Si pudieran ser equipados, entonces una obra podría saltar de un teatro a otro. Tú y yo que somos bichos de teatro, vemos eso y le vemos 3 mil 500 posibilidades de cómo arreglar ese problema, pero no se va a solucionar si no hay un presupuesto.

Jaime Chabaud: Exactamente, es una infraestructura que se ha dejado caer, no hay soluciones buenas pero sí hay que hacer algo con los teatros del IMSS. Desincorporarlos del IMSS si no los quiere y que pasen a la Secretaría de Cultura federal, pero para eso se necesita un gran presupuesto también. 

Sergio Villegas: Escuchaba que las “tecnologías de estado” que China ha desarrollado, desde los años 80s y 90s para poder explotar los recursos que le pertenecen al Estado pero que también los puede trabajar la gente. Y este término de “tecnología de estado” me parece muy interesante, muy innovador. Son diferentes maneras que han creado para que si alguien está interesado en explotar, estamos hablando de un teatro, pero podemos hablar de unos terrenos para sembrar alfalfa, o de una cantera donde se extrae mármol, o de una reserva de agua que se pude explotar o lo que sea, la forma en que por ejemplo el estado chino dice, “órale yo le entro, yo soy el gran inversionista y ustedes ponen del saber hacer” y creamos una empresa paraestatal. A eso se le llama “tecnología de estado”, a las diferentes formas y maneras de que el estado participa económicamente, que la gente participe con su trabajo, con su interés, y que, si el proyecto es exitoso, esas utilidades puedan ser disfrutadas por la gente y por el estado. Y que entonces no se entienda que la gente se está aprovechando de los recursos públicos sino más bien que el estado también se aprovecha de esos recursos en caso de que haya réditos o utilidades… 

Y si no sucede, pues las personas están chambeando y el pueblo está recibiendo cultura o se está comiendo extrayendo mármol… En México tenemos un problema de gobernanza porque ni siquiera podemos imaginarnos estas nuevas maneras en que el estado pueda invertir. En cultura siempre estamos a la merced de estas convocatorias muy pequeñitas y muy sonsas que impiden la innovación, que impiden pensar en grande y que no nos llevan realmente a ningún lado. Además de que están llenas de candados porque ay de tí si te va bien. ¡¡¡Está prohibido que te vaya bien!!!

Jaime Chabaud: Claro. Si le va bien es que está haciendo algo indebido. O por qué le va bien a él o ella y a mí no… Hay que quitárselo porque yo no lo tengo.

Sergio Villegas: Es la política del sospechosismo, de la desconfianza.

Jaime Chabaud: Es esta cosa de la olla de cangrejos o del cuento de la rana y el alacrán.

 Sergio Villegas: Sí, sí, lo que tendríamos que hacer, algo fundamental, este sexenio o yo no sé cuándo se podrá hacer, es cambiar nuestra forma de trabajar con las instituciones, nuestra confianza en ellas, y que ellas también restauren su confianza en nosotros. Que creemos nuevas formas de relacionarnos para poder resolver no nada más los problemas de cultura sino de otros ámbitos, pero concentrándonos en el sector cultural podemos llegar a un millón de soluciones para resolver nuestros problemas. Trabajar con los artistas es algo bien importante y algo soslayado los últimos seis años en los que hemos sido como los grandes adversarios, los niños malcriados, los que no entienden que no entienden, los que quieren aferrarse a sus “privilegios”. Se ha construido una narrativa que me parece muy nociva porque tú y yo sabemos que los artistas en este país en todos los ámbitos hemos abonado mucho más de lo que hemos recibido. 

Tú y yo hemos llevado los sillones de nuestra sala, las ollas de nuestra cocina para escenografía de la obra de teatro y hemos invertido en cosas que nadie nos ha pagado, hemos ido a dar funciones en festivales que nadie nos ha pagado. Le hemos invertido mucho más de lo que hemos derivado y esta idea de que los artistas, sobre todo los artistas que vivimos en las ciudades, tenemos ciertos privilegios, que hemos usado los recursos públicos de forma inmerecida o indebida me parece una mentira muy dañina. Esa idea tiene que ser revisada porque de verdad hemos contribuido mucho más de lo que hemos extraído y tendríamos que ser parte importante de un momento de transformación y ahorita somos un recurso realmente desperdiciado por estar tan extrañados y tan inútilmente divorciados de nuestras instituciones.  

Paola Izquierdo y Jaime Chabaud.

Jaime Chabaud: Totalmente de acuerdo. Un motivo de esta entrevista también era para hacer un anuncio. Eres, Sergio Villegas, un optimista irredento y creaste en un gesto de esperanza, empatía y de fe en la humanidad los Premios Metropolitanos de Teatro. ¿Cuéntanos cómo es que nació esta idea?

 Sergio Villegas: Es un esfuerzo para dar visibilidad y dignificar nuestro trabajo. Son unos premios con oropel, pasan en la tele con muchas virutas y mucha brillantina, todo mundo nos posponemos guapos, nos peinamos para atrás y nos juntamos para vernos y re-conocernos. Nos reunimos como comunidad, apreciamos y valoramos nuestro trabajo y decimos, “sabes qué Jaime, tú te volaste la barda, aquí tienes tu premio porque la tuya fue la escenografía o la dramaturgia más bonita”. Y ese trabajo entonces vale más, no porque haya una transferencia de dinero sino porque se da un reconocimiento comunitario de que tu chamba está chida. 

Eso son los metro en su corazón. Y una herramienta, un escaparate para que la gente, se entere que tu trabajo estuvo bonito y dan también una ventana para que nos podamos presentar frente a instituciones, frente al público y a la iniciativa privada y decir aquí estamos, existimos, es importante invertir en teatro y no todo son penurias, sino que también está el oso y el gozo y la fiesta. Por eso todos los años me animo a hacerlo y todos los años no hay dinero, pero encuentro el dinero para hacerlo. A ver si este año lo hacemos aparecer otra vez.

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