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Tercera parada de Un tranvía llamado deseo, antes de irse fuera de la CDMX

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Charla con la primera actriz Marina de Tavira

Dirigida por Diego del Río, Un tranvía llamado deseo regresa al Teatro Julio Castillo del CCB. Del 9 de mayo al 8 de junio de 2025. Foto: Cortesía.

Hablamos con la actriz Marina de Tavira cuando estaba por terminar la segunda temporada de Un tranvía llamado deseo, dirigida por Diego del Río, bajo la producción de 25 Producción, en el Cenart. Hoy, en su tercera temporada, vuelve al Teatro Julio Castillo, que fue donde arrancó esta aventura de una puesta al día del clásico de Tennessee Williams, en la que la destacada actriz interpreta a Blanche Dubois.

Aunque tiene intermedio, la obra dura cerca de tres horas, tiempo en el que Marina comparte escenario con Rodrigo Virago, Astrid Mariel Romo, Alejandro Morales, Mónica Jiménez, Federico Di Lorenzo, Rodolfo Zarco y Patricia Vaca. En esta ocasión, se presentará del 9 de mayo al 8 de junio. Luego partirá de gira fuera de esta ciudad.

Blanche Dubois es un personaje exigente, el de Marina es tan intenso que a la actriz le ocupa bastante tiempo leer, ensayar, prepararse, y en uno de estos resquicios de reposo charlamos con ella. Nos comparte que en su descanso procura “leer mucho, caminar en la calle con el perro, hacer yoga”. Pero ciertamente dar funciones de Un tranvía… de miércoles a domingo es una osadía, mi cuerpo está cansado y básicamente me quedo en casa a reponer energías para la siguiente función, casi nada más me alcanza para eso, confiesa.

El público pide teatro

Veo que la gente va al teatro, estoy muy impactada, los teatros están llenos. Un tranvía llamado deseo agotó los boletos ¡antes de reestrenar! Antes de la primera función, y en la primera temporada los agotó a la mitad.

Con La niña en el altar, en el teatro El Galeón, también pasó un poquito lo mismo, muy pronto en la temporada no había boletos en la taquilla y esto habla de una necesidad de espectadores de ir al teatro, de vivir esa experiencia fundamental para la toma conciencia, para reflejarnos unos a otros, para sentirnos menos solas y solos. Yo siento que la gente lo necesita.

La niña en el altar es una obra que explora la tragedia griega del sacrificio de Ifigenia a través de una mirada feminista, denunciando la violencia patriarcal y la relación entre el amor, la guerra y el poder, escrita por la irlandesa Marina Carr, traducida por Alfredo Michel Modenessi. Fue dirigida por Enrique Singer, entre el 30 de enero al 2 de marzo en el Teatro El Galeón Abraham Oceransky del Centro Cultural del Bosque.

La tercera parada de Un tranvía

Ya tenemos entonces la tercera temporada de este tranvía…con 20 potenciales funciones.

MdeT: Sí, son temporadas cortitas”, dice Marina.

Y reflexionando al respecto, serían apenas estas tres temporadas juntas, una temporada corta de las de antes, de 60 representaciones, en un entorno mexicano sin pandemia, con más capital para producir, más estable para que la gente gastara en una función.

MdeT: Pues sí, las instituciones tenían más dinero para producir, y me puedo equivocar porque no soy experta en el asunto, pero creo que la mayor parte de su presupuesto se va en sueldos y burocracia y no tanto en producir. Invitan a los grupos, y es muy bueno estar en esos teatros porque te ofrecen condiciones, porque tienes el recinto, la planta técnica, pero muchas veces la producción tiene que venir de afuera.

La comunidad teatral hoy

Veo a una comunidad teatral muy prolífica, y con muchísimos proyectos y ganas de hacer y decir, y los teatros están sobrepasados en términos de las necesidades de los distintos grupos, como que cuesta mucho programarlos porque hay una sobredemanda. Eso en lo que está resultando un poquito, es en unas temporadas muy cortas, que a mí me sorprende muchísimo; cuando yo empecé a hacer teatro se develaban placas de cien, ciento cincuenta, luego de sesenta, de cincuenta y ahora se están dando temporadas de veinte, quince funciones o menos.

Eso me parece preocupante, porque desde mi punto de vista y del tipo de teatro que yo hago, ensayamos tres meses. Y son tres meses en los que difícilmente se pagan los ensayos, para después tener una temporada tan corta.

Y obviamente hemos estado viendo un escenario, en el que casi, no digo que del todo, pero parece ser que la única alternativa es el Efiartes, por lo menos en el caso de un teatro que no pretende necesariamente hacer el gran negocio, como que no está poniendo necesariamente ahí, sus expectativas o sus objetivos, o las prioridades de sus elencos, o en los temas y las historias que va a contar, entonces pues sí, está complicado.

La vida después de Blanche Dubois

Tengo un proyecto que fue seleccionado en el Efiartes, un texto de Sara Uribe que se llama Antígona González. Sara es una poeta que durante mucho tiempo vivió en Tamaulipas, aunque ella es queretana, y tiene esta Antígona que retoma la figura de este personaje griego, emblemático para hacer una reflexión sobre la desaparición forzada en México.

La primera frase es devastadora: Yo no quería ser una Antígona pero me tocó.

Y es una mujer buscando a su hermano, en este México tan duro que estamos viviendo ya desde hace varias décadas. Es una obra que yo no querría tener que hacer, la verdad, ojalá no sintiera la necesidad de hacerla porque es profundamente dolorosa. He hecho lecturas de la obra y además yo siempre quise hacer el personaje de Antígona, que es una de mis obsesiones, y leí múltiples versiones; es uno de los personajes más visitados por la literatura dramática universal, del que hay muchísimas versiones, de Jean Anouilh, Jean Cocteau, Beckett, en fin, múltiples y desde muchísimos ángulos.

Y cuando apareció esta Antígona mexicana, pensé que era la que es urgente hacer.

La voy a hacer con Incidente Teatro, la va a dirigir Sandra Félix, directora con la que trabajé mucho al principio de mi carrera, y ya no había vuelto a coincidir.

De un texto entrañable en el librero a escena

Lo que sucedió con Antígona González fue muy bonito porque a mí me invitaron a participar en un programa, que se llama Leémelo, en el que hablas de tus libros importantes en ese o en otros momentos de tu vida. De ese programa de TV UNAM yo conduje tres, en uno entreviste a Luis de Tavira, en otro a Julieta Fierro, pero después me entrevistaron a mí, Naian González Norvind me entrevistó sobre mis libros. Y yo hablé de Antígona González.

Sandra, la autora veía el programa, me buscó y me dijo “Marina te ví hablando de la obra”, y es un texto que había tenido a la mano con la idea de hacer algo.

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