El FITU en diálogo con el Siglo de Oro Español 

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Gritar el silencio,  la obra ganadora

Retrato de Francisco de Quevedo, uno e los más grandes autores del Siglo de Oro, vestido como caballero de la Orden de Santiago. Instituto Valencia de Don Juan, mediados del siglo XVII.

Durante la decena escénica que abarcó el Festival Internacional de Teatro Universitario (FITU), además de presentar numerosas obras que contendieron por ser la mejor de sus categorías, y puestas representativas de los países invitados, promovió actividades de formación académica que complementan la experiencia del Festival. En esta edición hubo importantes personalidades que compartieron con la comunidad universitaria sus conocimientos, como el dramaturgo argentino Javier Daulte, quien impartió el taller virtual  La invención de la emoción. La desorganización emocional: una herramienta; la actual directora del Carro de Comedias, Gabriela Ochoa impartió el taller Principios de la máscara de carácter, exclusivamente para estudiantes de teatro y actuación del último año de la carrera. Pero de entre todos los talleres de esta variada oferta, uno de esos con título pomposo cautivó mi interés, pues ponía en atención la dramaturgia del Siglo de Oro Español.

Posibilidades de diálogo con textos áureos a partir de narrativas, lenguajes escénicos y preocupaciones del siglo XXI fue el taller que en esta ocasión invitó a los clásicos a mantenerse presentes en esta gran experiencia universitaria. Este taller fue impartido al alimón por Paola Izquierdo y Fernando Villa, investigadores y creadores escénicos que sobre los escenarios han encarnado las nuevas posibilidades de las historias siglodorescas, o como ellos prefieren llamarles textos áureos. Se llevó a cabo entre el 5 y el 10 de septiembre en la Sala Nezahualcóyotl.

El taller estuvo divido en cinco sesiones donde se exploraron múltiples posibilidades de adaptación de los textos clásicos a las necesidades actuales. El jueves de inicio, los talleristas pusieron sobre la mesa los cuatro entremeses con los que se trabajaría: El entremés gracioso, Curioso entremés de dos guajolotes que se pelearon y Entremés de los carneros. De estos textos de cepa novohispana se desconoce su autoría, y fueron recopilados en el libro No sólo ayunos y oraciones. Piezas teatrales menores en conventos de monjas (siglo XVIII) se infiere que algunos de ellos fueron escritos o tal vez representados por hermanas religiosas. Por último, se trabajó también con un provocador texto El parto de Juan Rana, que expone en escena el alumbramiento de un personaje transexual. 

En este encuentro se pudieron escuchar las voces de alumnos y exalumnos de la Facultad de Filosofía y Letras en conversación con egresados de otras escuelas de actuación, como la Escuela Nacional de Arte Teatral y Casa Azul. Fueron varios los temas que se debatieron en estas sesiones como: Inclusión y diversidad, preocupaciones de género, lenguaje violento, entre algunos más. La línea de los dos maestros talleristas siempre fue provocar una adaptación libre, apoyada únicamente en las necesidades de los creadores, incluso si estas necesidades contradecían “el canon” o desafiaban la métrica versada.

El entremés de El parto de Juan Rana fue un resonador importante para  uno de los participantes de este taller, quien es director de cine para adultos y encontró en este texto una provocación interesante para comenzar a escribir un guion que tienda el puente entre cine queer y los caminos del Siglo de Oro. El actor e improvisador Octavio Vega comenzó el boceto de una adaptación cinematográfica del Entremés gracioso pues la discriminación y la burla que sufre el payo de Oaxaca en esta historia barroca, desgraciadamente se sigue replicando en nuestra actualidad. Estos son solo algunos ejemplos de las posibilidades que encontraron los participantes del taller como motores creativos.

Tan arriesgadas propuestas no hubieran sido posibles sin la atinada guía de Paola Izquierdo y Fernando Villa, quienes tienen una larga trayectoria teatral que se escapa de la solemnidad y que aboga por una reinterpretación lúdica de los clásicos. Desde la primera sesión los ejercicios creativos que ambos propusieron adentraron a los participantes en un estado lúdico, el necesario para abordar este tipo de dramaturgias que a veces están cargadas de una seriedad innecesaria. Los juegos de impro también se hicieron presentes, además de algunas herramientas literarias, y recursos dramatúrgicos dirigidos a encontrar una voz, un discurso escénico que particularizara las inquietudes personales y pudiera sobreponerse a la rigidez del barroco.

“Me enseñó a buscar lo lúdico tanto en la vida, como en la escena” Así resumió su experiencia en este taller el actor Ru Casas para Teatro UNAM. Entre otros comentarios que se han compartido en redes sociales también se escuchó la opinión del actor Abraham Alcalá:  “Obtuve herramientas de apropiación y adaptación, que no solo sirven para textos áureos sino para cualquier tipo de texto al que me pueda enfrentar como actor”.

Esta no es la primera vez que el FITU busca crear un espacio de encuentro con el Siglo de Oro Español. En la edición pasada la profesora Bárbara Fuchs impartió el taller Nuevas dramaturgias sobre el teatro clásico, donde a través del estudio de los creadores hispanos que han mirado hacia el Siglo de Oro, busca acercar a las nuevas generaciones con los clásicos de nuestra lengua. 

Gritar el silencio, la ganadora del 31 FITU

La noche del 14 de septiembre el Teatro Juan Ruiz de Alarcón recibió a docentes, profesionales del teatro, autoridades, estudiantes de las escuelas y grupos finalistas que participaron en la Gran Final, quienes estuvieron acompañados por sus familias en la Ceremonia de Premiación y Clausura, teniendo como anfitriones al personaje “Parrot” de la actriz Natalia Goded y al actor Martín Quetzal, encargades de darle el toque de humor al cierre de esta gran fiesta.

“Es fundamental seguir trabajando en la construcción de nuevos públicos, es uno de nuestros principales intereses, lo es también conocer de primera mano las preocupaciones de las nuevas generaciones, sus necesidades y deseos creativos, de tal forma que podamos ser buenos compañeros de viaje para ellos, nos impulsa un compromiso: contribuir a alcanzar un mejor estado teatral en nuestro país donde contemos con repertorios dramáticos plurales, representativos de los estilos, épocas, tradiciones y horizontes culturales más diversos”, expresó Rosa Beltrán, coordinadora de Difusión Cultural UNAM, Rosa Beltrán, durante la ceremonia.

Se anunció al texto ganador del Tercer Concurso de Escritura Teatral Dramaturgia, Salud Mental y Derechos Humanos, organizado por Cultura UNAM, la Cátedra Nelson Mandela de Derechos Humanos en las Artes, la Dirección de Teatro UNAM y el 31 Festival Internacional de Teatro Universitario, el cual fue para “Gritar el silencio”, de María Fernanda Gálvez Castro, seleccionado por el jurado conformado por Daniela Arroyo, Ana Galán Souto y Bruno Velázquez Delgado. Además, se otorgó Mención Honorífica a “Un toque de fe”, de Jorge Obed Ramírez Padilla y a “Piedra Nómada”, de Adrián Cabrera. 

“Este es el tercer año consecutivo que hacemos esta convocatoria, una convocatoria que ha ido creciendo, se ha ido expandiendo y se ha ido consolidando y de la cual estamos muy orgullosos. Gracias a las personas que participaron en esta convocatoria, que nos prestaron su voz, que escribieron, que hicieron catarsis; nos dimos cuenta nuevamente que el teatro no solamente genera ilusiones sino que también genera esperanza y que la ilusión, a diferencia de la esperanza, no tiene principio de realidad, mientras haya vida habrá teatro y mientras haya teatro, habrá esperanza”, señaló Bruno Velázquez, coordinador de la Cátedra Nelson Mandela de Derechos Humanos en las Artes

En representación del jurado, Ana Galán comentó que la deliberación fue un viaje denso: “Las circunstancias actuales bosquejan paisajes desconsoladores y lo vemos en los textos, ejercicios catárticos de legítimos enfados, partituras dramáticas que desde estilos y exploraciones diversas transitan temas comunes: la depresión, la desarticulación familiar, el aislamiento tanto voluntario como necesario, las agobiantes expectativas sociales impresas sobre los roles de género, el futuro laboral, las implicaciones de la inteligencia artificial y las redes sociales en el óptimo desarrollo de nuestra vida; pero también encontramos estrategias de resiliencia, de combate, de autocuidado, del cultivo de la memoria, de la amistad, de cómo la palabra y el acto performático pueden alumbrar determinadas injusticias”.

La noche cerró entre entusiasmo y júbilo con el anuncio de las obras ganadoras que participaron en cada una de sus categorías y subcategorías, cuyos primeros lugares los obtuvieron tres obras provenientes del Estado de México, una obra de Jalisco, una de Guanajuato y una de la Ciudad de México; además, se realizaron más de 30 menciones honoríficas a las distintas puestas en escena: 

Categoría A. Nivel Bachillerato, el jurado integrado por Diego Santana, Alan Uribe y Tania González Jordán otorgó el primer lugar a “Romeo V Julieta”, escrita y dirigida por Erandi Zendil, el cual estuvo a cargo del grupo Hysteria Teatro, de la Universidad del Valle de México Campus Coyoacán-Tlalpan. 

Categoría B. Licenciatura sin especialidad en teatro, el jurado conformado por Sayuri Navarro, Ingrid Cebada y David Lynn seleccionó como obra ganadora a “La Medida”, de Bertolt Brecht, dirigida por Gemma Quiroz, del grupo de Teatro Representativo de la Escuela Nacional de Estudios Superiores, ENES León, UNAM (Guanajuato). 

Categoría C. Escuelas profesionales de teatro, en sus cuatro subcategorías: Categoría 1. Montajes estudiantiles dirigidos por estudiantes, el jurado integrado por Myrna Moguel, Pilar Padilla y Enrique Olmos de Ita, eligió como ganadora a “Ballenas. Que nos lleve la marea o encallemos en la orilla”, de Sebastián Ibarra, dirigida por él y Tania Fonce, del grupo Mapache Teatro, del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño de la Universidad de Guadalajara (Jalisco). 

Categoría C2. Montajes dirigidos por docentes, el jurado compuesto por Marisa Giménez Cacho, Sandra Félix y Luis Ayhllón, dio el primer lugar a “Ghetto Gangata: HURAKÁN GANGATA”, escrita y dirigida por Diego Álvarez Robledo, por el grupo Jauría Escénica de CasAzul Escuela de Artes Escénicas y Audiovisuales, Tlalnepantla de Baz, Estado de México. 

Categoría C3. Montajes de recién egresados, el jurado conformado por Shoshana Polanco, Mayra Sérbulo y Richard Viqueira, dio el triunfo a “Mirando hacia la nada”, de Ricardo Rodríguez, con dirección colectiva de Jorge Ángel, Jorge Ríos, Constanza Ballesteros, Julia Palomeque y Salvador Tejeida, del colectivo Obra Negra de CasAzul, Escuela de Artes Escénicas y Audiovisuales, Tlalnepantla de Baz, Estado de México

Categoría C4. Teatro para infancias, el jurado integrado por Mariana Gajá, Marcela Castillo y Rafael Pimentel, seleccionaron como ganadora a “El ogrito”, de Suzanne Lebeau, traducida por Otto Minera y dirigida por Honorio Israel Ríos Hernández; a cargo del grupo Teatro Lunar de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México

Para obtener más información sobre el Festival Internacional de Teatro Universitario se puede consultar la página www.teatrounam.com.mx, además, se puede revivir la Ceremonia de Premiación y Clausura, y todos los emotivos momentos que acontecieron durante el 31 FITU en las redes sociales de @TeatroUNAM y @FestivalFITU.

Durante la ceremonia de clausura del 31FITU se realizó la premiación del tercer concurso de escritura teatral “Dramaturgia, Salud Mental y Derechos Humanos”. Foto: UNAM

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