spot_imgspot_imgspot_imgspot_img

Espantapájaros: la obra que nació porque en México también hay niños soldados

Date:

El grupo de Guadalajara La Valentina Teatro llega al Teatro Orientación con este montaje familiar de un texto de Maribel Carrasco, que aunque explora la cruda realidad de los niños y adolescentes explotados como sicarios y criminales, pone el foco en una nota de esperanza.

Espantapájaros. La Valentina Teatro. Foto: Danáe Kótsiras

Escrito por: Iván González Vega

Un niño soldado revive la historia de su vida, ante la posibilidad de volver a su madre y a su hogar, luego de años de ser explotado como sicario. Espantapájaros, de la dramaturga mexicana Maribel Carrasco, es un montaje del grupo tapatío La Valentina Teatro destinado a encontrarse con el público de centros comunitarios, barrios periféricos e incluso albergues de Guadalajara. Hoy circula por foros escénicos como el Teatro Orientación Luisa Josefina Hernández, del Centro Cultural del Bosque de Ciudad de México, en donde ofrecerá dos funciones este sábado 18 de mayo y otras dos el domingo 19 de mayo (12:30 y 18:00 horas). Los boletos cuestan 80 pesos y, con credencial de estudiante, profesor o tercera edad, 40 pesos.

Caracterizado por una austera puesta en escena combinada con un intenso trabajo físico, el montaje lleva tres años de vida y sus responsables reconocen que su periplo lo ha ido transformando de modos muy afortunados, mientras que, en contraste, en México empezaron a hacerse más comunes las denuncias sobre el reclutamiento de niños para el crimen organizado. “Ese terror ya nos alcanzó”, afirma la directora y actriz Circee Rangel. Por eso, al hablar de Espantapájaros, lo describen como un espectáculo que a la denuncia suma una nota de esperanza: le pide a públicos muy diferentes que sean sensibles hacia estos problemas.

Junto con Rangel, los actores Marco Vega y Alex Dessavre hablan en entrevista sobre este trabajo.

Han mantenido Espantapájaros por tres años. ¿Cómo ha cambiado en este tiempo?

Marco Vega (MV). La empezamos en 2016 como un ejercicio estudiantil, pero tuvimos que suspenderla y en 2020, en plena pandemia, nos llegó el apoyo del PECDA y decidimos hacerla como un montaje profesional. Tuvimos que dar un tratamiento especial, incluso Maribel Carrasco fungió como dramaturgista, y nos pusimos a trabajar en habilidades como las percusiones y el entrenamiento físico. Sobre todo, hemos tenido mucha investigación sobre los temas.

Alex Dessavre (AD). Ha ido adquiriendo profundidad y cercanía en el encuentro con las personas. Como equipo hemos desarrollado una cercanía que le ha dado mucho a la obra. No es que me sienta muy confiado, pero sí sé que genuinamente podemos dar función cuando sea y donde sea.

Circee Rangel (CR). Yo me siento muy afortunada de trabajar con este equipo de personas que se han enamorado genuinamente del proyecto. Pero es que además resulta que seguimos favorecidos en convocatorias, en giras. El trabajo se ha encargado de tener esa vida.

Espantapájaros. La Valentina Teatro. Foto: Danáe Kótsiras

La produjeron para espacios comunitarios y barrios; ¿cómo ha cambiado al vivir en teatros convencionales y sus públicos?

MV. Todos extrañamos esas funciones. Cuando estábamos en los centros comunitarios la gente nos daba sus testimonios. Es una conexión directa en la que te agradecen por contar esas historias.

AD. Da una sensación de responsabilidad, como cuando al final de una función vino un morro a decirnos: “Eso fue lo que le pasó a mi hermano” (…) Cuando fuimos a Colombia en 2023 dimos una función en Cali ante gente de la comunidad de Siloé, que se formó a partir de personas desplazadas por la guerra, y me cayó ese veinte después de que platicaron con nosotros.

CR. Son funciones muy diferentes. En las comunidades fuimos a hablar de tú a tú con las personas, y casi que a escuchar a los niños y niñas y jóvenes. Lo han visto niños muy chiquitos, mientras que en los teatros pedimos que vengan mayores de ocho años de edad, porque creemos que son temas difíciles. Pero en los teatros damos a conocer que estas realidades existen en México y que no nos estamos haciendo cargo de ellas.

AD. La obra visibiliza la situación, pero creo que también hay algo de fondo. Aunque no te haya tocado vivir esas situaciones, tiene que ver con no volvernos “espantapájaros”, no volvernos insensibles. Es una obra muy esperanzadora.

MV. Por eso hay que gente que vuelve a verla. Hay muchos productos de la cultura que hablan del narco y Espantapájaros sí está permeada por esos temas, pero habla más del regreso a casa.

En época de elecciones, temas como éstos podrían ocupar un lugar en la agenda pública.

CR. No es así, y me resulta especialmente desesperante. Desde 2012, cuando empecé a trabajar con instituciones que cuidan a niños, lo vengo diciendo: hacernos cargo de les niñes es cuestión de seguridad nacional. No estamos haciendo nada, ni como autoridades ni como sociedad. Cuando los metemos a un albergue creemos que les estamos haciendo bien, pero eso puede ser apenas el principio de un infierno distinto. Nos hemos perdido de una enorme oportunidad.

MV. A veces la realidad es tan frontal, que vemos como los malos a estos niños exsoldados. Ahí es donde se genera estigma, se vuelven parias o gente indeseable que va a estar llenando los reclusorios.

AD. Quizá los políticos lo tomen como un motivo de discurso, pero nada más. Sí forma parte de sus agendas, pero desde un lugar muy poco complejo, muy maniqueo.

Espantapájaros. La Valentina Teatro. Foto: Danáe Kótsiras

2 COMENTARIOS

  1. Una realidad que recorre Latinoamérica, el fenómeno del narcotráfico de la mano del Neoliberalismo, Espantapájaros topa un sector vulnerable , frágil , como es la realidad en que se desenvuelven los niños y niñas , ante la falta de políticas a favor de la niñez , La Valentina teatro en sus diálogos con los espectadores retroalimenta su propuesta escénica con las historias tomadas de las poblaciones marginadas. En hora buena la practica del teatro y el compromiso.

Comparte este post:

spot_imgspot_imgspot_imgspot_img

Popular

Más como esto
Descubre

Diookaju: El sentir afro como dinamizador del arte

La compañía colombiana, dentro del 1er Festival Internacional Afroescénico Ex-posición Fundamentalmente...

Teatro Afro

Teatrikando Inicia el 1er Festival Internacional Afroescénico Internacional Afroescénico de...

Un judío en busca de sentido

Es una obra sobre la resiliencia y la esperanza,...

En nombre de la Mancha: experiencia escénica potente, de Felisa Vargas

Interesante reflexión sobre la menarquia, en el...