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Escena Imperativa: nuevas voces de la escena peruana

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Loa autores y autoras con sus presentadores. Esta publicación es uno de los resultados tangibles del trabajo de los Talleres de teatro y guiones literarios, dirigidos por Percy Encinas en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Se acaba de lanzar la colección Escena Imperativa. Guiones peruanos para teatro breve y cortometraje con la presentación de sus primeros dos tomos.   Como bien lo resalta en el prólogo, Percy Encinas, quien ha estado a cargo del Taller de Guiones de donde han surgido, estos textos son los primeros de sus autoras y autores y compruebo que tienen el mérito más que suficiente para estar plasmados en esta publicación de Gambirazio Ediciones, casa editorial a la que hay que reconocerle la loable labor de apostar por textos dramáticos, pues el teatro, siendo un arte efímero desde la escena, busca sustentarte en un soporte duradero, fijarse en un texto, con la finalidad de difundir las obras y acercarlas a directores y productores para ser montadas en un escenario.

Los textos que reúne esta publicación están agrupados en 2 tomos, todos ellos atravesados por el acertado despliegue de los principios de la Dramaturgia Imperativa, principios que el prologuista detalla prolija y exhaustivamente en el apartado teórico en cada uno de los tomos.

En el primer volumen, destaca como denominador común la presencia, a veces protagónica, otras como parte de la subtrama, de personajes de diversidades sexuales. Los que tienen que sobreponerse al prejuicio generalizado de un colectivo o al rechazo e incomprensión aún más dolorosa de sus propios seres queridos o, en otros casos, personajes que entablan relaciones furtivas que se fraguan bajo la sombra de lo prohibido y que al ser descubiertas desatan la ira de la parte que se asume agraviada.

Esta es la premisa por ejemplo de Socavón, de Jessica Juárez y Jenny Molina, cuyo drama nos mueve a reflexionar si hay límites para el resarcimiento del honor herido ante la revelación dolorosa de un engaño marital, y también nos mueve a ponderar cuánto gravita en nuestras decisiones personales el lastre de un contexto adverso, de precariedad material y condiciones críticas de trabajo.

Por la brevedad de sus escenas y por el desarrollo de la acción en diversas locaciones uno tiende a pensar que es un guion más adaptable para un formato audiovisual que para una representación teatral, sin embargo, ya el prologuista nos advierte que, tras el impacto de su primera lectura pública, el texto fue pedido por el grupo de teatro de San Marcos, lo que significó un montaje bastante auspicioso.

Llama la atención en esta historia, la enorme fuerza del personaje de Candelaria, quien es presa de una ira incontrolable y hasta cierto punto maquiavélica no solo producto de una dolorosísima infidelidad sino quizá como resultado de un estado de cosas que la desborda en el plano laboral y social, a ella y a su entorno más cercano. De esta forma, Socavón va dando un giro gradual hacia la tragedia, porque una situación que inicialmente se escapa de las manos deviene en otra, también letal para otro de sus personajes, en un entramado de acciones que se va complejizando. El lector podría sospechar que la protagonista resulte impune, porque hay voces que ya no se pueden hacer escuchar, o hay seres queridos capaces de sacrificarse por ella.

TRANSgresora, de Daniela Arcila, Patricia Chávez y Eduardo Ávalos ¿es una comedia dramática? ¿Una comedia a secas? ¿O un drama con asomos de comedia? Lo cierto es que su historia, las peripecias de la protagonista, Scarlett, una mujer trans, dedicada al oficio más antiguo del mundo, personaje que transpira frescura, libertad, osadía, transgresión, nos va implicando emocionalmente a nosotros como lectores, y queremos a toda costa que salga bien librada de este involuntario pero divertido enredo en que se ha visto envuelta: el de terminar como accidental impostora de una destacada sexóloga el día que presenta su más reciente best seller. En TRANSgresora se fuerzan ingeniosamente los límites de la verosimilitud, rayando en lo sórdido y lo grotesco para generar una convención con el lector y acentuarse en el territorio de la sonrisa furtiva con gruesas cargas de humor negro, mientras no dejamos de reflexionar en todo lo que hay en la trastienda habitual de la protagonista, seguramente una vida miserable, plagada de humillaciones y de privaciones materiales, que se ha visto bendecida por una providencial confusión de roles durante un evento cultural, confusión que quizá le permitirá salvar su día, si todo sale bien,  pero cuyo episodio excepcional no la redimirá de volver a padecer los flagelos de seres que, como ella, sobreviven a duras penas en los márgenes de la sociedad.

Es de resaltar el ingenio en algunos pasajes de este texto como el de la rueda de preguntas acerca del libro recién publicado y que está siendo presentado a la comunidad lectora. Se pueden advertir en las respuestas de Scarlett, convertida ya en falsa sexóloga, cómo, de manera indirecta, velada y a la vez hilarante, va revelando contra su voluntad quizá los conocimientos empíricos que en el territorio de lo sexual le brinda su oficio, es decir, su manera espontánea y sin tapujos de vivir su sexualidad.

Otro pasaje a destacar es cuando Scarlett se ve sorprendida con la recepción de unos billetes falsos de parte de un cliente repentinamente enamorado de ella; este, al ser confrontado por Scarlett confiesa que ha hecho su fortuna sobre la base del negocio de falsificar billetes, activando una comparativa con el recurso de Scarlett, quien ha fraguado también su identidad.

Por su parte, en EstrategIA, de Leyla Colcas, Milagros Peña y Jennifer Belito,asistimos al dilema moral de Mateo, un joven que quiere evitarle a su padre el dolor de conocer la noticia de la muerte de su hermano, el favorito, el profesional exitoso de la familia. Recurre como desesperado y piadoso mecanismo de nuestros tiempos a la Inteligencia Artificial. El hermano muerto en un accidente, quien residía en el extranjero, y el padre condenado por una enfermedad terminal a escasos seis meses de vida son las condiciones propicias que inducen a Mateo a realizar esta estrategia. Pero ya sabemos que lo atractivo en una historia de ficción es que los planes nunca se cumplen y lo cuidadosamente establecido se descompone. En esta historia nos encontramos frente al engaño como acto de amor, pero quizá también frente a lo controvertido que puede llegar a ser el uso de las tecnologías ante situaciones extremas. Las más nobles intenciones también nos pueden arrastrar por caminos moralmente ambiguos.

La Inteligencia Artificial y sus innegables avances tecnológicos no pueden aun atribuirse el logro de suplantar con éxito todas las complejidades de la expresión humana, quizá porque los humanos no solo expresamos cosas, también las sentimos. Y muchas veces lo expresado en palabras está plagado de las intermitencias, opacidades y contradicciones que nuestro estado de ánimo vuelca en ellas. Programada con suficiencia para brindarnos respuestas efectivas en un lenguaje optimizado, la IA carece de esas espontáneas grietas que bullen en nuestro espíritu. Por eso y por las cualidades del personaje del padre, el embuste se desbarata y sirve para empezar a valorar la presencia de ese otro hijo que aún tiene a su lado.

En el tomo 2 de esta colección de Escena Imperativa, hay cuatro obras que abordan una temática cuya vigencia nos interpela a todos como ciudadanos de este país: La decadencia moral de nuestra clase dirigente, las sinuosidades éticas y el pragmatismo feroz de los representantes de los poderes fácticos de nuestra sociedad.

 Captura de traición, de Alessandro Cayo, Shirley Pérez y Lisbeth Aguirre, es un relato escénico de intriga política, una crónica de corrupción y de sucesivas traiciones, donde la absoluta carencia de escrúpulos va debilitando los ideales de Gustavo, el asesor del ministro, quien se encumbra como el personaje con el arco dramático más interesante de esta historia. El espectador vive la tensión emocional de este drama desde su mirada, que va virando desde el amor y la lealtad hasta la sospecha y la dolorosa comprobación de los hechos. Es inevitable la pregunta sobre ¿Qué mueve realmente a este personaje a decidirse a desenmascarar a su jefe, ministro de educación y pareja sentimental hasta hace poco tiempo?, ¿los principios de su conciencia moral?, ¿o acaso el más básico de los sentimientos cuando el amor idealizado ha sido embestido por el desengaño, es decir, el despecho? La traición es presentada como un entramado complejo que afecta las relaciones íntimas y profesionales, pero también a la sociedad.

Máscaras de poder, escrita por Anggie Chiroque, ⁠Anapaula Uipan y ⁠Mónica Rojas, desde su título se revela como un juego de apariencias donde dirigentes sociales, líderes locales, ex alcaldes o candidatos al sillón municipal de ocasión, fingen ser lo que no son, y ofrecen el mejor de sus rostros a la desprevenida población siempre ávida de una figura providencial que ponga fin a sus problemas. Tobías es el personaje víctima y, pronto veremos, revictimizado, cuyo drama y sed de justicia por la muerte de su hermana en tiempos de COVID se desliza entre dos fuegos cruzados de mezquinos intereses electorales. Pues su irrupción en un evento proselitista de un exalcalde con ansias de recuperar el poder, lo erige como protagonista de las redes sociales, pero no pasará mucho tiempo para que sea presa fácil y objeto de manipulación de opositores igualmente inescrupulosos.

En Raices, de Milagros Quezada, ⁠Frank Curo y ⁠Daniela Rosas, el tercer texto de este tomo,Emanuel, probo periodista de investigación, descubre un caso de tráfico de niños de Ruanda ocurrido hace décadas. E involucra los oscuros orígenes de su propia vida, los mecanismos no tan legales del que se valieron sus padres para salvarlo de un contexto político y social sumamente violento en un país remoto. El dilema ético del protagonista queda establecido a partir de este descubrimiento involuntario, entre su deber profesional de revelar la verdad y el deseo personal de proteger a sus padres. Pero este drama particular de Emanuel se ve agudizado cuando se entera que no fue el único niño salvado en esas difíciles circunstancias. Todo hace suponer que hay problemáticas sociales y condiciones de vida difíciles que permean nuestra psicología y condicionan nuestro comportamiento. A veces incluso desatando nuestras pulsiones más violentas.

Finalmente, Inocente Rojo es la obra escrita por Jair Galindo, ⁠Analy Gonzales y ⁠Jorge Gálvez. La trama se centra en Cesar, un ex funcionario del gobierno aparentemente implicado en un acto de corrupción. Pero él está dispuesto a demostrar su inocencia y direccionar la investigación siguiendo la pista de los verdaderos culpables de este delito. Esta historia que se inscribe dentro del género del thriller político y drama de suspenso, encuentra su punto de inflexión en una inesperada traición dentro del círculo aparentemente más leal y cercano al protagonista, y que nos plantea la pregunta de hasta dónde se puede llegar para proteger a los seres que más amamos si esto supone exponer al peligro de un poder sin escrúpulos a otras querencias familiares. Las consecuencias dramáticas que tiene este giro de guion son imprevisibles.

La colección tendrá un total de cinco volúmenes que reunirán 20 guiones (entre teatro breve y cortometraje) de 40 guionistas.

Para terminar, resalto una vez más la importancia del papel que ha desempeñado en la plasmación de estos textos un guía, un maestro como Percy Encinas. Su carácter de meticuloso organizador de emprendimientos creativos palpita en estas páginas, pero muy especialmente en ese enjundioso apartado teórico, casi un patrón de ruta que nos orienta en este viaje a través de las ficciones aquí editadas. Percy Encinas no pretende que aceptemos sus formulaciones como principios incuestionables sino, por el contrario, nos invita provocadoramente con las armas de su refinada inteligencia, a considerar otros caminos en el milenario arte de contar historias. Celebremos el nacimiento de estas nuevas obras, de estas nuevas autoras y autores, ya que se hace imperativa la necesidad de nuevas miradas y voces, como las que emergen de la Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos para pensar al Perú y, a través de él, al mundo.

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