Teatrikando

Esta cerca el 2 de noviembre, poco antes de la Navidad, mes de las pastorelas, de las que hablaremos dentro de poco.
Pero antes, vamos a dedicar éste espacio a Miguel Sabido, hombre que desde su época de Teatro en Coapa esta impulsando al teatro (1960) junto con Héctor Azar y otras destacadas figuras. Especialmente vamos a platicar de las tradiciones mexicanas, ya que en su libro Teatro Sagrado hace un recuento de todos los mitos prehispánicos que existieron antes de la llegada de los españoles: Moros y Cristianos, La guerra florida, epifanías, guerras fingidas, carnavales, pasiones, son algunas de ellas.
Nos falta mencionar el Día de Muertos al que vamos a dedicar los siguientes párrafos, antes, vamos a aclarar que en el nuevo continente si había teatro.
Dice el Académico Jaime Labastida en su artículo Rituales de Poder: ”En Grecia, el espectador se encontraba enfrente y aparte del espectáculo presenciado, en tanto los pueblos originarios de México participaban de manera activa en los rituales”.
“El pueblo entero, actúa en las ceremonias rituales y forma parte activa del rito sacramental”
Han encontrado Miguel León Portilla, Historiador y Eduardo Matos Moctezuma, Arqueólogo y antropólogo, que no era como el teatro Europeo <desde aquí te miro>. En el que uno es actor y otro espectador.
No. Sino eventos teatrales colectivos, happening o performance diríamos ahora, en los que el pueblo participaba y jugaba, maquillados, vestidos, con fechas y horarios, con párrafos enteros para decir.
Todos los habitantes de la región participaban.
Así llegamos a el Mictlán: inframundo en la mitología mexica y nahua, significa “lugar de los muertos” Donde hay nueve niveles»
A través de ellos, deambulan una gran multitud de deidades entre las regiones del Mictlán mexica. Entre estas se encuentran Miquíztetl (la muerte), Miccapetlacalli (la tumba), Nextepehuah (las cenizas), Nexoxcho (el miedo), Xoaltentli (el sueño), Necoc Yaotl (la discordia), Tlaltecuhtli (el desierto) Los señores del inframundo, Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl, habitan el último nivel.
Tonatiuh, dios del ocaso. Tiene un lugar destacado,
En el Mictlán, la región donde existían los xoloitzcuintles, que eran unos perros consagrados a Xólotl, quien en el pasado fuese el custodio del dios Tonatiuh durante las horas diurnas como el dios del ocaso, al haber atentado contra Tonatiuh durante su recorrido a través de la bóveda celeste, fue enviado al Mictlán por los Dioses Creadores para conciliar a los perros domésticos con los muertos.
No era digno el que había maltratado a algún perro. Pues tenía que ayudarlos un xolitzcuintle para llegar donde vivía Xólotl, el señor del Venus vespertino.
Una bella tradición que hemos visto modificarse con los siglos y que ahora se sigue realizando en Mixquic, Pátzcuaro, Oaxaca, Campeche…