Oaxaqueñas dedicadas al teatro buscan fortalecer proyección del talento local

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Se llevó a cabo el 1er Encuentro de Mujeres Teatristas FERAL

Mujeres Teatristas de Oaxaca FERAM. Mesa: Teatro, mujeres y NO violencia, Liliana Alberto, Esmeralda Aragón y Karime Tobías. Foto: José Luis Pérez

En Oaxaca de Juárez, se llevó a cabo el Primer Encuentro de Mujeres Teatristas FERAL, del 20 al 26 de enero. Las organizadoras Karime Tobías y Karen Cortés, gestora y actriz de Idearte Oaxaca y Ubuntu Teatro, respectivamente. Plantearon una semana de talleres, mesas de reflexión, funciones y un laboratorio intensivo de creación. Sin duda, un hecho histórico para el teatro oaxaqueño y sus creadoras.

Este evento reunió a artistas de la escena oaxaqueña, que desde diferentes trincheras dan vida al teatro que se gesta y se produce en el estado de Oaxaca. Además de contar con la participación de teatristas de otras estados como invitadas a esta primera iniciativa.

Se impartieron los talleres: Carpeta de producción, por Karime Tobías, Voz por Yanín Arroyo, Dramaturgia y cuerpo por Abigail Sánchez y el Laboratorio intensivo de creación, a cargo de Andrómeda Mejía.

Destacó la participación de dos mesas de reflexión que contaron con la experiencia de oaxaqueñas reconocidas en el ámbito teatral. La mesa: Mujeres y Teatro, estuvo compartida por las actrices,  directoras y maestras Rosario Sampablo y Wagive Jiménez, la investigadora y también actriz Sofía Vera. Wagive Jiménez, compartió sus experiencias desde la formación artística y la docencia, mientras que Rosario Sampablo, hizo mención a las mujeres que la han dirigido como actriz, pocas, en comparación con la cantidad de directores que ha tenido durante su trayectorias de más de 20 años. Por su parte, Sofía Vera, compartió el registro que tiene de mujeres teatristas de Oaxaca y el país (mencionó muy pocas). Tanto Rosario Sampablo como Sofía Vera enfatizaron en la labor invaluable y entrañable de la maestra Guadalupe Villa (Q.P. D)  quién fue, es y será base y pilar del teatro oaxaqueño, es indiscutible que jamás se debe separar el nombre de la maestra Guadalupe Villa del teatro oaxaqueño.

En la mesa: Mujeres, Teatro y No Violencia, se contó con la experiencia de las creadoras escénicas: Liliana Alberto y Esmeralda Aragón quienes han compartido sus quehaceres dentro y fuera del estado de Oaxaca.  

Liliana Alberto expresó que la manera en la que a ella contrarresta las violencias que ha vivido es a través del amor y de pedirse perdón por todas la veces que tuvo que aguantar ser violentada por otros y otras creativas por miedo a ser rechazada y a dejar de crear. Mientras tanto, Esmeralda puso sobre la mesa la pregunta ¿Cómo hablar de las violencias que nos atraviesa desde el teatro, sin ser representada por más violencia en los escenarios? Aseguró que esa es la labor de toda creativa preguntarse y proponer nuevas miradas y tratamientos del tema no como una verdad sino tan solo como otra posibilidad de ver la vida.

En los últimos días de este Primer Encuentro de Teatristas en Oaxaca se presentaron las obras: Las olvidadas, bajo la dirección de Ale Sic; Un mar o una marea, de Abigail Sánchez, Digna rabia, de Sandra Hernández; Navitrans, con la actuación Alex Orozco y Médula (un caldo de ser), de Diana Gómez.

Las actividades tuvieron lugar en distintos espacios independientes del centro de la ciudad de Oaxaca, como: Estación Morelos, NECIA, Alpha Estudio, DAC- UABJO y ES.TUD.IO.

Médula (un caldo de ser), de Diana Gómez, en Oaxaca.

Por supuesto, quien brilló por ausencia fue la representación de la Secretaría de las Culturas y Artes del estado de Oaxaca, quién recientemente cambió de cabeza pero no de intereses políticos. Cabe mencionar, que las organizadoras  le hicieron llegar una carta invitación al actual secretario Flavio Sosa, pero no obtuvieron respuesta alguna. Así es como queda testificado que el quehacer teatral en Oaxaca es negado por las mismas autoridades que deberían:

 1. Conocer lo que sucede en el estado, en materia de Teatro.

2. Acompañar, gestionar y brindar herramientas y espacios para el encuentro.

3. Escuchar a las artistas y generar políticas públicas en beneficio de todos y todas las creadoras escénicas.

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