Cómo aplicar en la práctica conceptos para desarrollar las capacidades de estudiantes en formación artística

En mi experiencia de más de 20 años como docente de profesionistas de la actuación y la coreografía y como directora escénica, me he encontrado con que tanto los estudiantes de las carreras profesionales de formación artística como muchos profesionales de la escena carecen de instrumentos concretos con los que puedan desarrollar sus capacidades de concentración, atención o contacto consigo mismos. A menudo escucho a docentes con una gran trayectoria académica y profesional dar notas a los estudiantes presuponiendo que éstos saben perfectamente que hacer para “entrar en contacto consigo mismos, concentrarse, atender, estar en tiempo presente, ver o escuchar o sentir verdaderamente, entrar y salir de la ficción por voluntad propia” y un sin fin de conceptos usados cotidianamente y que forman parte de la jerga profesional pero que carecen de herramientas específicas para que los futuros profesionistas las pongan en práctica y puedan adquirir las habilidades esperadas.
Si bien los conceptos de concentración y atención han estado presentes en la formación teatral profesional desde su mismo origen, poco se ha estudiado seriamente sobre cómo ejercitar los mismos de forma sistematizada. Una de las propuestas más difundidas, por lo menos en la ENAT (Escuela Nacional de Arte Teatral, INBAL), es la de Stanislavski (111), en su libro El trabajo del actor sobre sí mismo, en el proceso creador de la vivencia. Ésta es toda una herramienta de pedagogía teatral conocida como los 3 círculos de atención del actor: Círculo 1-un objeto, círculo 2-pequeña extensión que es un círculo de atención y círculo 3 -círculo medio de atención, soledad en público.
Sin embargo, esta técnica desarrollada por el autor en 1907, según nos lo comenta Saura (9) en la nota de la tercera edición del mencionado libro, está enfocada a la atención que el actor debe aplicar en su trabajo creativo, es decir, en su quehacer profesional y no se involucra con el proceso mental del ser humano en sí mismo, antes del ser profesionista.
Acudiendo a metodologías más recientes, tenemos The Vertical of the Role, a method for the actor’s self-preparation, del Dr, Jurij Alschitz. Dicho texto nos comparte una serie de ejercicios muy bien estructurados y con una visión del actor como un profesionista independiente con la responsabilidad de abordar de forma individual su propio trabajo para acudir a los ensayos, encuentro con el director y el resto de los colegas y creativos, con una propuesta clara sobre la construcción de su personaje. El Dr. Alschitz (8) nos habla de momentos importantes en esta auto preparación actoral, como el “cambio de territorio” (concepto acuñado por el doctor), es decir, el momento en que el actor deja de ser él mismo para empezar a accionar desde el personaje; el primer encuentro con el personaje, es decir, esa primera lectura de la obra que es sugerida en privado y no con el resto del equipo de trabajo como regularmente se hace; y la creación de lo invisible en el personaje, es decir, la vida espiritual del mismo como eje de su creación, mientras que el cuerpo y la voz permanecen en un estado perpetuo de improvisación, entre varios otros momentos y ejercicios propuestos para la preparación del actor en su proceso de trabajo creativo.
El Dr. Alschitz (15) propone una visión innovadora con respecto a la autopreparación actoral que coloca al actor en una posición de creador escénico independiente y no al servicio del director o del dramaturgo:
“La auto preparación demanda por parte del actor la habilidad de trabajar en soledad –porque un artista verdadero debería ser capaz de trabajar en su papel sin tener en consideración las posibles reacciones de un amigo o enemigo, ni cualquier circunstancia extraña. Simultáneamente, demanda cierta apertura, una habilidad de comunicación con sus compañeros. Presupone un constante crecimiento espiritual, intelectual y de potencial artístico del actor.”
Sin embargo, Alschitz al igual que Stanislvski, cuyas enseñanzas y técnicas prevalecen hasta nuestros días en la formación formal de los actores y actrices por lo menos en nuestro país, no incluyen en sus bien estructuradas metodologías el trabajo que el actor debe llevar a cabo en su propia persona, a pesar de que ambos autores mencionan que sus propuestas están dirigidas sobre el “sí mismo” del actor, es decir, sobre su persona, su ser humano. Por el contrario, ese trabajo del actor sobre sí mismo o esa auto-preparación va directamente al individuo que está ya en el proceso de la creación escénica, dando entender, entonces, que no existe un verdadero enfoque sobre la persona sino sobre el creador.
En este mismo caso se encuentran la mayoría de las propuestas de la enseñanza formal o informal de la actoralidad. Por este motivo, el problema de proveer al aspirante a actor o al actor profesional de herramientas para entrenar y fortalecer su capacidad de concentrarse, atender y estar en tiempo presente permanece sin ser atendido cabalmente. Fue en la búsqueda de llenar este vacío de conocimiento donde me topé con la práctica de la meditación de introspección Vipassana (en su lengua original el pali), cuya traducción, inicialmente al inglés es Mindfulness y posteriormente al español, es Atención Plena o Consciencia Plena. La Atención Plena es la traducción de Sati, palabra en pali que significa consciencia, atención y recuerdo (Didonna 57).
Dicha técnica meditativa de origen budista se remonta a 2,500 años de historia. Fue Siddharta Gautama, descendiente de Suddhona, Rey de los Sakya, quien, retirándose a la meditación, se convierte en el Buda histórico dejando todo un conocimiento sobre la Atención Plena que fue transmitido de boca en boca y sobrevivió a través de los siglos (González).
Volviendo a Sati -consciencia, atención y recuerdo- podemos decir que la consciencia es intrínsecamente poderosa. La atención, que es la consciencia centrada, es más poderosa. Recordar, para la Atención Plena, significa el recordar ser conscientes de prestar atención. Direccionar o re-direccionar nuestra atención no significa controlar o suprimir emociones intensas, pensamientos o sensaciones. Sin embargo, al re-direccionar nuestra atención podemos regular el cómo nos sentimos con respecto a los eventos de la realidad (Didonna 58).
El objetivo de la Atención Plena en su contexto antiguo es:
- Eliminar el sufrimiento innecesario,
- Cultivando la introspección (insight) en el trabajo de la mente y la naturaleza del mundo material.
Eso significa un trabajo activo con los estados de la mente para permanecer pacíficamente con todo lo que ocurre.
La literatura clásica sobre la Atención Plena se refiere a ésta desde su función y no como un objetivo en sí. Dicha función es arrancar de raíz costumbres arraigadas de la mente que producen infelicidad o sufrimiento, como las emociones aflictivas y los comportamientos que nos dañan (Didonna 59). Desde este enfoque de sanación, Mindfulness o Atención Plena, busca que a través de la conciencia se llegue a la aceptación y al cambio, al final.
La llamemos concentración o atención el concepto que se maneja en la técnica de Stanislavski y similares, tiene una sola línea, aunque abramos 6 círculos de atención y limita su acción al momento de la creación escénica como ya fue mencionado. Es decir, la técnica no aborda ni pretende abordar todos los demás momentos de formación o de desarrollo de habilidades como parte del proceso de crecimiento de las capacidades artísticas en un profesional o aspirante a profesional de la escena.
En contraste, la técnica de la Atención Plena nos permite manejar dos círculos bien definidos que están alternando constantemente, además de hacer una diferencia entre estas operaciones mentales (la concentración y la atención) que normalmente son usadas como sinónimos o sin distinción específica.
La concentración se ocupa principalmente de lo que Yo, en primera persona, estoy haciendo, creando un anclaje en la experiencia del cuerpo principalmente, mientras que la atención se ocupa de mi relación con el entorno pero también de todo aquello que pasa dentro de mí fuera del objeto de concentración.
Esto ofrece una herramienta más eficaz, desde mi punto de vista, para desarrollar las habilidades que el actor, inicialmente como persona, necesita tener para poder funcionar en su quehacer profesional creativo. Es decir, un actor que pueda concentrarse voluntariamente en aquello que lo ancla con firmeza en el presente, la propia experiencia consciente de su cuerpo, mientras que puede atender, simultáneamente, todo aquello que sucede en su entorno de ficción: la relación con el espacio, con su compañero y con lo que está sucediendo en escena, incluidos los accidentes afortunados.
Un actor que únicamente sabe concentrarse con rigor tendrá temor de salirse de lo marcado y aprendido de su personaje provocando una necesidad de controlar cada detalle que construye la ficción y, como consecuencia, condenándolo a la repetición constante y rigurosa de su trabajo interpretativo. Un actor que se pierda en la relación con los diversos objetos de su entorno puede, fácilmente, diluirse en la escena y olvidar puntos de arribo importantes para él y los demás sin lograr un trabajo más vivo y presente sino ambiguo.
La presente investigación ha intentado llenar ese vacío de conocimiento a través de la implementación de la práctica de la Atención Plena o Mindfulness como parte integral de la formación formal profesional tanto de los estudiantes de la Licenciatura de Actuación en la ENAT como de los estudiantes del Centro de
Investigación Coreográfica-CICO, ambos centros educativos pertenecientes al INBAL. Dicha investigación inició en el 2009 con la implementación de la práctica de la meditación de introspección Vipassana como parte de los contenidos de los planes de trabajo en diversas asignaturas. Sin embargo, la técnica mencionada presentaba una importante complejidad en su dominio y en ocasiones llegaba a tomar un tiempo considerable del proceso formativo, en el primer momento. Con la práctica concluí que lo central de la enseñanza era que los estudiantes pudieran distinguir corporal y mentalmente la diferencia de concentrarse, atender y poder dar una nota mental, lo cual significa etiquetar el objeto mental que está llamando su atención para poder volver eficazmente a su objeto de concentración; dominar la herramienta meditativa dejó de ser primordial.
Por otro lado, gracias a poder distinguir con claridad la concentración de la atención de forma conceptual pero también práctica, logré vincular ambas operaciones mentales a lo largo de todo el proceso creativo tanto formativo como profesional. Esto me trajo muy buenos resultados de inmediato en cuanto a la claridad del proceso, de las notas de trabajo, del cómo entrar en contacto con uno mismo, concentrarse, atender, del cómo estar en tiempo presente para distinguir cuando se ve o se escucha o se siente verdaderamente, del cómo entrar y salir de la ficción por voluntad propia y para la práctica de la presencia y verdad escénicas.
La herramienta causó controversia tanto en el cuerpo de docentes como de estudiantes; sin embargo, al dar resultados positivos, aunque no concluyentes, se respetó la libertad de cátedra sin salvarse de ser criticada como una práctica esotérica de dudosa pertinencia como herramienta de entrenamiento actoral. El desconocimiento de lo que implica una técnica de meditación o de entrenamiento mental, como yo la llamo en mis procesos, provoca que con frecuencia se piense en la misma como parte de un culto religioso.
He de reconocer que por muchos años mantuve un cuestionamiento crítico sobre la transmisión o no de la herramienta debido a su complejidad y contexto de sanación espiritual. En una ocasión, durante mis prácticas docentes en Rubiera, Italia dentro del diplomado El nuevo Rostro del Maestro de Actuación con el Instituto de Investigación Teatral AK-ZENT de la Unión Europea, me pidieron que hiciera una vinculación entre la Meditación Vipassana y la técnica de autopreparación actoral para la construcción del personaje del Dr. Alschitz. La misma vinculación debía trabajarla con su técnica de análisis de texto. Sin embargo, el grupo de estudiantes con el cual trabajaría presentaba una barrera insalvable del idioma para aplicar una herramienta tan compleja y en apenas cinco sesiones de tres horas cada una. Todo el diplomado, incluidas las prácticas, se impartió en el idioma inglés, requisito indispensable para participar en el mismo. Sin embargo, del grupo de 10 estudiantes que me fue asignado, con una multiculturalidad, nacionalidad y bagaje profesional de amplia diversidad, únicamente dos personas hablaban bien inglés.
Decidí, entonces, poner a prueba el uso de mi herramienta Concentración con Atención Dinámica, derivada de la meditación, pero sin el antecedente práctico de la misma. De esta forma, podría llevar a cabo la vinculación solicitada relacionada en segundo término con la meditación.
Los resultados fueron desastrosos: una sesión confusa, aburrida y sin ningún desarrollo atractivo para los estudiantes. No hubo ninguna distinción entre la concentración y la atención y el ejercicio no fue más que una mala versión de aquella de Stanislavski. Algo importante para mí fue comprobar como la herramienta de Concentración con Atención Dinámica pierde el sentido si antes los estudiantes no han logrado desarrollar la capacidad de distinguir con precisión entre la concentración, la atención y sus diversos objetos; es decir, meditar correctamente. Fue necesario cambiar de tema y de herramientas para salir adelante, pero eso corresponde a otro artículo.
A pesar del cuestionamiento crítico que sostuve durante años sobre la aplicación de la herramienta, la eficacia de la misma como parte del entrenamiento mental y corporal del creador escénico siempre ganó la disyuntiva. De hecho, en el Centro de Investigación Coreográfica, CICO, causó tanto interés entre los estudiantes que dio origen a una amplia oferta de talleres experimentales, por mencionar algunos:
La Práctica de la Meditación Vipassana, La Meditación Vipassana y el Cerebro Cardíaco, Vipassana y la Palabra, Vipassana y Katsugen Undo y De Mindfulness a la Meditación Vipassana. El enfoque somático del plan de estudios de dicho centro formativo permite una aproximación menos prejuiciada a la técnica meditativa. De hecho, ésta facilita y profundiza la experiencia de la formación somática al centrar de manera concreta el foco del sistema nervioso en la misma. El creciente interés por parte de los estudiantes me obligó a sistematizar el proceso de enseñanza aprendizaje de la herramienta a través de la elaboración de un instructivo básico para la práctica de la meditación Vipassana. Sin embargo, yo me mantuve en la búsqueda de una herramienta que me permitiera simplificar y facilitar el proceso de aproximación al entrenamiento mental.
En 2021, gracias a mis estudios de maestría en Consciencia Plena Aplicada, conocí el enfoque terapéutico que aplica tres cualidades importantes en ésta -no juzgar, la aceptación y la compasión- y pude sustituir la compleja práctica por la técnica de Mindfulness desarrollada por Jon Kabat-Zinn en 1979 e implementada en su programa de reducción del estrés conocido por sus siglas en inglés como
MBSR (Mindfulness-Based Stress Reduction) (Cebolla, García-Campayo y DeMarzo 24). Esta intervención psicoeducativa evita recaídas y complementa los tratamientos tradicionales para la depresión, el estrés, el dolor crónico y la ansiedad en la Clínica del Dolor de la Facultad de Medicina en Massachusetts.
Dentro de este programa se cuenta con una gran variedad de prácticas, tales como:
- Despertarse y acostarse con plena consciencia,
- Mindfulness en tu vida cotidiana,
- Tómate un respiro,
- El escáner corporal.
Entre muchas otras (Ruíz Feltrer).
Más allá del MBSR, existe un gran número de investigaciones científicas sobre las aplicaciones y los beneficios de la práctica de Mindfulness. Los beneficios que puede aportar a nuestra vida son amplios; entre ellos se encuentran (Didonna 99):
- Ayuda a serenarnos al desarrollar una mayor comprensión de la realidad, interna y externa.
- Ayuda a concentrarnos y centrarnos.
- Ayuda a entender y mejorar nuestras relaciones interpersonales.
- Ayuda a hacer frente de una manera “distinta” a nuestros problemas personales y laborales.
- Ayuda a enfrentar la depresión y a combatir la ansiedad.
- Ayuda a tratar con éxito las conductas adictivas.
- Ayuda a hacer frente al exceso de estrés y al estrés crónico.
- Aumenta la productividad y mejoran las relaciones de trabajo.
- Ayuda a la autorregulación emocional.
- Aumenta la alegría, la confianza y el buen humor.
- Ayuda a fortalecer el sistema inmune.
- Mejora el sistema cardio-pulmonar.
- Mejora el sistema circulatorio.
Por otro lado, la práctica de Mindfulness ha ampliado sus aplicaciones en el área educativa como nos lo señala Carrasco (26). Los beneficios de su uso en el aula son a nivel cognitivo, de desarrollo personal y relacional.
Dentro de los beneficios cognitivos encontramos que:
- Mejora el funcionamiento del cerebro.
- Aumenta la eficacia de la transferencia de información en el cerebro.
- Aumenta la inteligencia, incluso en estudiantes de secundaria y universidad.
- Aumenta la creatividad.
- Mejora la memoria.
- Mejora el rendimiento académico.
- Mejora la concentración.
- Ayuda a tener una mente más clara y tomar mejores decisiones.
Dentro de los beneficios en el desarrollo personal encontramos que:
- Aumenta la confianza en uno mismo.
- Aumenta la eficacia de la percepción y la memoria.
- Promueve una orientación hacia valores positivos.
- Mejora la resolución de problemas.
- Mejora el funcionamiento verbal y el pensamiento analítico (hemisferio izquierdo del cerebro).
- Mejora el pensamiento sintético y el holístico (hemisferio derecho del cerebro).
- Aumenta la resistencia a la distracción.
- Aumenta la resistencia a la presión social.
- Reduce los síntomas depresivos.
- Mejora la escucha y el habla conscientes.
Dentro de los beneficios en el desarrollo relacional encontramos que:
- Mejora las relaciones entre el alumnado.
- Aumenta la tolerancia.
- Reduce el abuso de sustancias.
- Promueve el desarrollo de herramientas para vivir una vida más equilibrada, adquirir una visión compasiva del mundo y la habilidad atencional según Káiser (citado por Carrasco 28).
De acuerdo con Carrasco (28) la práctica de la respiración de Mindfulness favorece la conservación de la atención, tonifica el nervio vago y el circuito nervioso del que depende la tranquilidad. La combinación entre calma y concentración favorece el aprendizaje y los procesos creativos al crear un clima interno óptimo y equilibrado (Goleman citado por Carrasco 28).
La educación artística profesional en nuestro país, específicamente la formación teatral, podría bien beneficiarse de los hallazgos que han aportado una gran infinidad de investigaciones sobre la aplicación de Mindfulness en el campo educativo.
Con el aprendizaje de las nuevas herramientas de Mindfulness, el entrenamiento mental de los estudiantes (futuros creadores), a través de la práctica de la Atención Plena, obtuvo una importante mejoría al ofrecerles una herramienta más accesible, menos compleja e igualmente eficaz en el propósito.
Dicha práctica ha proporcionado, además, una herramienta concreta, precisa, factible a ser reproducida individualmente y sin necesidad de guía para el trabajo del futuro creador sobre sí mismo. Es decir, abordar el momento en que el humano se trabaja a sí mismo para abrirle el camino al creador escénico y comenzar a estar “ahí”, en el tiempo presente. Es en esta vinculación cuerpo mente donde se provoca un estado consciente de disposición para crear.
La Atención Plena ha mostrado ser una herramienta útil para la formación profesional, la preparación y la creación artística del creador escénico porque:
- Es una práctica, es decir, es un entrenamiento concreto.
- Trabaja en la vinculación precisa del cuerpo y la mente.
- Conduce al practicante a una zona de conciencia y de contacto consigo mismo.
- Le revela al practicante con gran claridad cuál es su proceso mental.
- Entrena al practicante para adquirir una capacidad real de estar en tiempo presente.
La actual investigación cualitativa y cuasi experimental, por no ser aleatoria, ha puesto en práctica la técnica de la observación directa de los efectos de la intervención de la práctica de la Atención Plena, en la formación formal profesional de los estudiantes de la ENAT y del CICO, en diversas asignaturas en las cuales ha sido pertinente su aplicación, haciendo uso de la bitácora o diario de trabajo (10 piezas, aproximadamente), del video de sesiones completas (más de 80 horas grabadas) y de exámenes escritos con preguntas abiertas (más de 90 documentos) como instrumentos para concentrar los resultados, los cuales aún no han sido tratados estadísticamente para permitirme un análisis cuantitativo. La muestra siempre ha sido no probabilística por ser todas personas inscritas en cualquiera de los centros educativos mencionados. Sin embargo, en entrevistas directas y en el análisis preliminar de las respuestas en los exámenes (entrevistas escritas) se ha podido constatar, aunque los resultados aún no sean concluyentes, que la práctica de la herramienta es reconocida favorablemente por un amplio número de los participantes, señalándola como:
- Un entrenamiento preciso y manejable del aquí y ahora.
- Una herramienta eficaz para enfrentar la naturaleza errante de la mente a través de la nota mental.
- Un coadyuvante de la autorregulación actitudinal en el trabajo colaborativo.
Más allá de eso, la práctica de Mindfulness, como nos lo señalan diversos investigadores, ha reportado amplios beneficios en el área educativa tanto a nivel cognitivo como de desarrollo personal y relacional; tales como: el aumento de la creatividad, la mejora de la memoria, del rendimiento académico, de la autorregulación emocional, de la concentración, para enfrentar la depresión y combatir la ansiedad. La educación artística profesional en nuestro país, específicamente la formación teatral, podría bien beneficiarse de los hallazgos que han aportado una gran infinidad de investigaciones sobre la aplicación de Mindfulness en el campo educativo.
OBRAS CONSULTADAS
Stanislavski, Konstantín. El trabajo del actor sobre sí mismo en el proceso de la vivencia, Alba editorial. España, 2010.
Alschitz, Jurij. The vertical of the role, a method for the actor’s self-preparation. Ars incognita, 2003.
González, N. ¿Conoces el sorprendente origen del Mindfulness? La mente Maravillosa, 2017. https://lamenteesmaravillosa.com/donde-esta-origen-delmindfulness/
Didonna, F. Manual clínico de mindfulness. Editorial Desclée de Brouwer, 2016.
https://elibro.net/es/lc/utel/titulos/113784
Carrasco, E. Mindfulness en educación. Tesis de maestría, Universidad de
Extremadura,2016.https://apps.utel.edu.mx/recursos/files/r161r/w25140w/M1COP1
12_S4_CARRASCO.pdf
Cebolla, García-Campayo y DeMarzo. Mindfulness y ciencia, de la tradición a la modernidad. Editorial Alianza, 2014.
Ruiz Feltrer, C. Mindfulness práctico. Difusora Larousse – Anaya Multimedia, 2017.






